La linfa
La linfa lleva en suspensión algunos nutrientes, sobre todo grasas, y reparte los glóbulos blancos por el organismo. La linfa es similar al plasma, pero más diluida y tiene sólo el 5% de las proteínas y del 1% de sales y extractivos. Está constituida por un poco de sangre y por otros líquidos del organismo, al conjunto llamamos fluido intersticial, que se acumula en los espacios intercelulares.
Parte de este fluido intersticial regresa a la circulación través de la membrana capilar sanguínea, pero la mayoría entra en los capilares linfáticos y da forma la linfa. Cuando el líquido intersticial entra en el interior de los minúsculos vasos linfáticos se le llama linfa.
La Linfa, es un líquido incoloro y viscoso, la composición es similar a la del plasma sanguíneo, pero su desplazamiento es más lento que el que tiene la sangre. Su volumen es un 16% del cuerpo, en una persona de peso y talla normal. La Linfa está formada por agua, proteínas, grasas, restos celulares y linfocitos.
Las funciones de la linfa son:
- Alimentar los tejidos.
- Reparar.
- Fabricar.
- Participar el sistema inmunitario del cuerpo.
La linfa, junto con todo este líquido intersticial, recoge las partículas que son muy grandes como para que puedan ser absorbidas por la membrana capilar, como por ejemplo los restos de células, glóbulos de grasa o adiposos y pequeños restos proteicos.
A continuación, la linfa pasa de los vasos a nódulos linfáticos y se vuelcan en la sangre a través de las venas situadas en la región del cuello. De esta manera el sistema linfático es un sistema de transporte secundario